Trabajadores pensionados y afiliados se movilizaron el jueves en rechazo a la intención del presidente de Ecuador, Daniel Noboa de aumentar la edad de jubilación en el país suramericano.

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De igual manera los congregantes denunciaron el interés del Gobierno de aumentar la aportación que realizan los pensionados.

“El seguro no se vende, el seguro se defiende” es una de las consignas del grupo de jubilados que se concentran para rechazar de igual manera la intención de privatizar el Instituto de Seguridad Social.

Al querer cambiar la ley del sistema de pensiones, los movilizados refirieron que no están de acuerdo con el aumento del porcentaje de la aportación de los trabajadores que pasaría del 20.6 al 30 por ciento del salario.

De igual manera la medida de Daniel Noboa establecería la edad de jubilación a los 70 años, mientras que el cálculo de la aportación de la jubilación ya no sería de los cinco mejores años de aportación sino que se calcularía sobre la base de los 30 años.  

Por otra parte, el jueves la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) expresó también su preocupación ante el Acuerdo Nro. MEM-MEM-2024-0002-AM, emitido por el Ministerio de Energía y Minas, el cual busca regular el derecho a la consulta previa, libre e informada.

“Este acuerdo se percibe como un nuevo intento de evadir e irrespetar los derechos consagrados en la Constitución ecuatoriana y en los tratados internacionales, así como las decisiones de la Corte Constitucional.

Ecuador vive también una situación de inseguridad. De acuerdo a plataformas locales “el país vive una coyuntura trazada por hilos invisibles que tienen larga data. Uno de ellos es la fuerte presencia de droga dentro de la economía nacional desde el año 2.000, debido al feriado bancario y la llegada de una economía dolarizada que permitió ser de fácil acceso para el lavado de dinero de carteles de países vecinos”.

“A la par, Ecuador lleva un permanente y sistemático crecimiento de pobreza, impulsado por la ausencia de trabajo asalariado y olas de migración masiva a las urbes. No existe la generación de trabajo asalariado ni los intentos de industrializar la economía nacional. La realidad que atraviesa el país es que no existe empleo pleno y el único actor que está impulsando trabajo remunerado para miles es la droga”, refirió la plataforma Wambra.

Por otra parte acotó que “tanto la élite política como la burguesía no desean invertir en el país, prefieren caminos cortos: mano dura sumado a mano de obra barata y recursos estatales al servicio de negocios privados. Una clase dominante que solo ha logrado exportar materia prima y, para incrementar sus ganancias, ha optado por integrarse a los circuitos de comercialización mundial de la cocaína”.Trabaja

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